INFORME OTÁLVORA – Cumbre convertida en feria sin compromisos

Nota DefesaNet
Por motivos excepcionais não traduziremos a nota desta semana.
O editor

Edgar C. Otálvora
Analista

La creación de un condominio con Guyana, para administrar las riquezas petroleras en territorio marítimo venezolano, fue develada por el Gobierno de Nicolás Maduro. En los últimos meses, el Gobierno de Guyana ha optado por acelerar la actividad petrolera en áreas marinas bajo disputa con Venezuela, mediante el inicio de faenas el pasado mes de marzo del barco-taladro Deepwater Champion al servicio de la petrolera Exxon-Mobil. El Gobierno del presidente guyanés Donald Ramotar, además, ha amenazado con abandonar el esquema bilateral de resolución del diferendo bilateral y recurrir a instancias judiciales internacionales, mientras dentro del régimen venezolano impera la tesis cubana de no afectar la territorialidad de Guyana.

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Pese a las intensas relaciones que el régimen chavista ha mantenido con el Caribe mediante, por ejemplo, programas de venta de crudo a precios privilegiados en Petrocaribe, los gobiernos que forman el Caricom emitieron el 20MAR15 un comunicado confirmando su tradicional posición de respaldo a “la soberanía e integridad territorial de Guyana y al desarrollo económico y social sin restricciones de toda Guyana”. El Gobierno Maduro, hasta la fecha, no ha respondido formalmente a las acciones del Gobierno guyanés ni de Caricom, siguiendo una lógica impuesta desde el Gobierno de Hugo Chávez que privilegia las relaciones políticas con el Caribe antes que la defensa territorial. La cancillería venezolana no se ha dirigido al Gobierno de Guyana exigiéndole la paralización de las actividades petroleras y, curiosamente, ha preferido emitir comunicaciones dirigidas a la empresa Exxon-Mobil, beneficiaria de la concesión otorgada por el Gobierno de Guyana sobre territorio en disputa.

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La más reciente carta de la canciller de Maduro, Delsy Eloina Rodríguez, a la petrolera está datada el 07ABR15 y dirigida a Jeff Simon, jefe de la empresa Exxon en Guyana. En ella Rodríguez afirma que el Gobierno de Venezuela considera un “acto absolutamente nulo (…) cualquier acto que facilite la ejecución de actividades de exploración y/o explotación no consensuadas, ni autorizadas por los estados interesados en el referido espacio marítimo, donde solo cabe los efectos jurídicos derivados del consenso exclusivamente bilateral entre ambos estados, estos son la República Cooperativa de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela”. No deja de llamar la atención que la gravedad de lo planteado por la canciller de Maduro repose en una comunicación a un empleado de una empresa privada estadounidense y no a la lógica contraparte para estos asuntos, es decir, el Gobierno guyanés.

Las expresiones “actividades no consensuadas” y “consenso exclusivamente bilateral” dejan ver una inédita interpretación legal del régimen chavista sobre la eventual  administración compartida de la zona en disputa.

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La tarde del 07ABR15 corrió en Caracas la versión de la llegada de un alto funcionario estadounidense para reunirse con Nicolás Maduro. El hecho ocurrió en medio de una intensa campaña publicitaria, nacional e internacional, en la cual el régimen venezolano respondía a las sanciones impuestas por EEUU a siete funcionarios por violaciones de los derecho humanos. El epicentro de esa campaña fue el poner en duda que Venezuela es una amenaza para EEUU, tal como reza la parte formal de la orden ejecutiva firmada por Barack Obama el 09MAR15. 

La vocero del Departamento de Estado de EEUU, Marie Harf, informó en el briefing diario del 08ABR15 que el Gobierno venezolano había enviado a Washington la invitación para que un funcionario de alto rango (senior oficial) visitara Caracas previo a la Cumbre de Panamá. El señalado por el Departamento de Estado para viajar a Caracas fue el embajador Tom Shannon, consejero del secretario de Estado y viejo conocedor de la política sudamericana por haber servido en las embajadas de Caracas y Brasilia. Según diversas fuentes, varios gobiernos sudamericanos sirvieron como mensajeros ante EEUU para concretar el encuentro entre Maduro y el enviado de Obama. EEUU, por su parte, ha ratificado el papel que asigna a Brasil como puente privilegiado con el Gobierno chavista. La visita de Shannon a Venezuela habría sido condicionada a que el Gobierno de Maduro aceptara que el estadounidense se reuniera  con representantes de la oposición venezolana. El régimen chavista rechaza que los representantes diplomáticos extranjeros sostengan encuentros con la dirigencia opositora. De hecho, Nicolás Maduro, a pocas horas de reunirse con Shannon, durante un mitin en Miraflores, calificó a la embajada de EEUU como una “maquinaria de guerra contra Venezuela”.   

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El enviado de Washington en Caracas sostuvo reuniones con la ministra de Relaciones Exteriores en la sede de la cancillería y con el propio Maduro, la cual se extendió por varias horas. El Gobierno de Venezuela, según su versión de las reuniones, exigió la derogatoria de las sanciones contra funcionarios venezolanos. EEUU ratificó su posición de mantener las vías bilaterales con Caracas para tratar los diversos temas de conflicto. 

Ese mismo día, Barack Obama en declaraciones a la agencia EFE, antes de emprender viaje a Jamaica y Panamá, afirmó que su Gobierno no cree que “Venezuela sea una amenaza para EEUU y EEUU no es una amenaza para el Gobierno de Venezuela”, procurando restarle importancia a expresiones de su orden ejecutiva que fueron epicentro de la campaña propagandística castrochavista contra las sanciones. En sus declaraciones, Obama confirmó sus críticas al régimen venezolano por “intimidar a sus adversarios políticos, incluido el arresto y acusación por cargos políticos contra funcionarios electos, y la erosión continua de los derechos humanos”. Por cierto, ese mismo día, Obama  mantuvo una conversación telefónica con Raúl Castro, afinando detalles para su encuentro en Panamá. La visita de Shannon a Caracas fue parte de la acción del Departamento de Estado para desinflar los intentos castrochavistas de sabotear la Cumbre de Panamá, en la cual Obama aspiraba contar con un escenario favorable. 

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La reunión del enviado estadounidense con la oposición venezolana, centrada en la alianza Mesa de la Unidad Democrática MUD, se produjo el jueves 09ABR15 en la embajada de EEUU en Caracas. En la reunión participaron el secretario de la MUD, Jesús Chuo Torrealba, el encargado de relaciones internacionales Ramón Guillermo Aveledo y los dirigentes partidistas Julio Borges (Primero Justicia), Enrique Márquez (Un Nuevo Tiempo), Henry Ramos Allup (AD), María Corina Machado (Vente Venezuela), Roberto Enriquez (COPEI), Juan José Molina (Avanzada Progresista) y Freddy Guevara (Voluntad Popular). Shannon fue parco en cuanto a la información que suministró sobre su conversación con Maduro, limitándose a afirmar que el propósito fue “ventilar las diferencias” entre los dos gobiernos.

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Tal como lo adelantó el Informe Otálvora del 04ABR15, la VII Cumbre de las Américas concluye sin un documento final suscrito por los gobiernos participantes. De antemano, el Gobierno cubano había decidido aprovechar la Cumbre como plataforma propagandística, movilizando centenas de activistas oficiales a los foros temáticos paralelos, promoviéndose como destino de inversiones entre los empresarios presentes  y participando en la Cumbre presidencial pero, sin adquirir compromisos formales. La cancillería cubana divulgó la especie según la cual su presencia en la Cumbre era en carácter de invitada por Panamá y no como parte de algún esquema continental. En consecuencia, Raúl Castro no firmaría el documento final discutido durante varios meses en Washington en el denominado “Grupo de Revisión e implementación de las cumbres” de la OEA.

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La última reunión del “Grupo de Revisión” con vistas a dar luz verde a un documento final, se realizó a nivel de cancilleres en Panamá la tarde del 09ABR15, a pocas horas de la llegada de los mandatarios participantes en la Cumbre. El grupo de países formados por Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina intentaron filtrar en la declaración final varios  temas confrontacionales, tales como un ataque a EEUU a propósito de las recientes sanciones a funcionarios venezolanos. Nicaragua, incluso, proponía la inclusión en la próxima cumbre de una delegación de grupos “independentistas” de Puerto Rico. Ante la imposibilidad de un consenso sobre el texto declarativo, por tercera vez consecutiva la Cumbre de las Américas concluye sin un documento final de compromiso de los gobiernos. Panamá, como anfitrión, realizará una revisión de los temas tratados en los diversos foros y elaborará informes para consumo de los organismos regionales competentes.

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De un esquema de altísimo nivel para debatir y acordar temas comunes, las Cumbres de las Américas se han tornado una suerte de feria política continental, con alta capacidad mediática y nulo impacto real sobre las políticas regionales. En la Cumbre de Panamá coincidieron jefes de Estado, jóvenes inventores,  prominentes hombres de negocios, pasando por activistas políticos, oficialistas y opositores de los más diversos signos en procura de un minuto de cobertura televisiva. En medios diplomáticos latinoamericanos, donde ya existe una saturación de cumbres presidenciales, se debate sobre la continuidad misma de estos eventos continentales, el cambio de su perfil o la reorientación de sus fines.

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